| Descripción |
Comunicar puede (debe) ser uno de los verbos más conjugables dentro de los propósitos y funciones del arte, pero al hablar del trabajo de Rafael Lozano- Hemmer, igualmente tenemos que incorporar otro verbo, otra acción para conjugar: interactuar. Para este artista, nacido en México de ascendencia española, la creación artística debe ser compartida y experimentada por el público, convirtiéndose en una práctica dialéctica, y también en una estrategia para conseguir que la experiencia artística y tecnológica se transforme en algo más humano. Como él mismo afirma: "el arte intenta recuperar la posibilidad de que el público sea un espectador activo, una parte integral de la obra".
Este papel activo y protagonista del espectador se convierte en uno de sus principales rasgos artísticos identitarios. Así, frente a otros creadores que utilizan recursos y herramientas electrónicas y tecnológicas, que buscan enfrentar confrontar al espectador con algún tipo de máquina o dispositivo electrónico, Lozano-Hemmer intenta establecer, mediante el recurso de la robótica, proyecciones, sensores y redes de comunicación, una elevada temperatura interactiva entre el público y la propia obra, a través de un código de acciones, gestos, movimientos y palabras. De esta manera, resulta muy frecuente encontrar en sus piezas mecanismos y dispositivos digitalizados de seguimiento, que detectan la presencia humana, siguen sus movimientos, reproducen siluetas y capturan determinadas huellas, como si fueran auténticos espejos mágicos y animados. Estas estrategias le sirven igualmente para elaborar un discurso vinculado a la reflexión y el cuestionamiento de los actuales sistemas de control y vigilancia que condicionan y rigen nuestra vida cotidiana, hasta límites desgraciadamente más allá de lo imaginable.
Ante ello, este artista reacciona y se rebela de una forma crítica y, hasta cierto punto, subversiva. Su formación científica (se licenció en Física y Química en Canadá) le ha servido para encontrar los vehículos apropiados a la hora de plasmar formalmente sus intereses creativos y sus proyectos, que ha llevado a cabo en numerosos espacios en Europa, Asia y América. Otra de sus señas de identidad es la utilización de letras, palabras y textos, que adquieren dentro de su obra una dimensión igualmente interactiva, y a la vez, una significación formal, un valor plástico, como puede contemplarse en esta obra, un vídeo en el que determinados elementos textuales se combinan con otros puramente cromáticos, visuales e iconográficos. (Texto de Francisco Carpio, Catálogo Colección CA2M, 2010).
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